Otra vez

En fecto, volví a caer en su trampa, me hipnotizó con sus bonitas palabras, con su suave voz y su lento susurro. Sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, cerré los ojos y suspiré. Él me miró y de su boca salieron dos palabras, dos hermosas palabras, se hizo un gran silencio, alcé la mirada hasta encontrarme con la suya, su mano alcanzó la mía y la contraria llegó hasta mi mejilla, se fue acercando despacio, muy despacio, hasta que sus labios rozaron los míos y ahí supe que quería pasar toda mi vida con él.