Buenos días querido. Supongo que estarás bien. Esperaba impaciente este día. En la última carta. Si lo recuerdas. Te dije que hoy iba a ser feliz. Pero ha surgido algún que otro desliz y aunque creí que iba a ser así. No lo ha sido. Sabes qué significa esto, ¿no? Has vuelto a ganar. Pensé que lo tenía controlado. Que la dueña de mi corazón iba a ser yo. Pero ya veo que otro lleva las riendas en lo que son mis sentimientos. No pensé que iba a estar tan entregada a alguien. Ni que no pudiera mirarlo con otros ojos que no vean lo perfecto que es. Pero seré fuerte y algún día me cederá el mando de lo que mi corazón sienta. Por muy imposible que parezca.
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