Seguidores

domingo, 22 de abril de 2012


¿No os encanta su risa tonta o sus intentos para hacerte reír? A vosotros no sé, pero yo no soporto un día sin escuchar su risa ni ver como espera que yo rompa a reír. Me encanta cuando se pone nervioso al hablar conmigo, imaginar como tiembla al otro lado del teléfono y no se le entiende. Esas pequeñas cosas que quizás ahora no tienen importancia luego son las que nunca olvidas.