Que ya nada es igual desde que te fuiste, creí que volverías
pero no fue así. Disimulo haciendo pensar a los demás que he olvidado esos abrazos en
medio del pasillo, pero es lo que más echo de menos ahora. He de reconocer que
fuiste importante para mi hasta el punto de necesitarte cada día, pero desde que te
marchaste y dejaste huella aquí, esa marca se está empezando a borrar, poco a poco pero va desapareciendo. Ahora que no estás algunas cosas perdieron su sentido, ¿para qué
hacerlo si no estás tú?; me preguntaba, pero paso a paso van recuperando su
significado, muy lentamente todo va cobrando vida, todo aquello que cuando te
marchaste quedó muerto. Mi corazón está cosiendo esa herida que dejaste, y ya, casi ha
cicatrizado.
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