No está la felicidad en vivir, sino en saber vivir.
Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad.
Si eres feliz, escóndete. No se puede andar cargado de joyas por un barrio de mendigos. No se puede pasear una felicidad como la tuya por un mundo de desgraciados.
Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.
El verdadero secreto de la felicidad consiste en exigir mucho de sí mismo y muy poco de los otros.
Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
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